¿Cómo afrontar el acoso laboral?

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El acoso laboral es bien definido por el eminente etólogo Konrad Lorenz como el mismo tipo de comportamiento violento que ejercen múltiples especies en la naturaleza y que podemos ver cuando animales se agrupan para atacar al miembro más débil de su misma especie o bien al más fuerte para derrocar su posición destacada entre el propio grupo.

Para completar esta imagen, Heinz Leymand, por su parte, definió este comportamiento como una forma de terror psíquico, ya que se trata de una persona que recibe comportamientos violentos frecuentes de parte de un grupo determinado.

Así, esta persona, a la que llamaremos víctima, sufre una estigmatización sistemática, diferentes tipos de injusticias y la invasión constante de sus derechos como ser humano. Aún más, Leymand señala que puede aparecer incluso la violencia física, agresiones a través de empujones, golpes, accidentes provocados y en el caso de las mujeres, también pueden surgir diferentes tipos de agresión sexual.

Por supuesto, los efectos psicológicos de este tipo de agresiones son muy profundos, de carácter grave y pueden perdurar en la psiquis de quienes los sufren por largos periodos de tiempo.

El acoso laboral es mucho más común de lo que se cree y si no se enfrenta como es debido y a tiempo puede crear consecuencias bastante graves a nivel mental y emocional, e incluso en algunos casos también consecuencias físicas, con las que la víctima del acoso tendrá que lidiar a largo plazo.

Por ejemplo, estas personas llegan a sufrir sensación de vergüenza e impotencia, sentimientos de culpa y trastornos del sueño, ansiedad, e incluso, depresión. Los cuadros más frecuentes son:

  1. Trastorno de ansiedad generalizada
  2. Trastornos de pánico
  3. Depresión
  4. Síndrome de estrés postraumático
  5. Trastornos de somatización, como migrañas, cansancio, desarreglos digestivos,….
  6. Adicciones
  7. Cambios permanentes en la personalidad
  8. Deterioro y embotamiento intelectual y pérdidas de memoria
  9. Pérdida de la capacidad de concentración
  10. Aislamiento social y profesional
  11. Incapacidad para experimentar placer
  12. Insensibilidad o despersonalización
  13. Abandono profesional
  14. Constante situación de alerta
  15. Alteraciones del sueño y del apetito
  16. Mayor vulnerabilidad a las infecciones (conjuntivitis, otitis, catarros, etc)debido a la afectación sobre el sistema inmunitario

Mientras que a nivel físico y de bienestar general comienza a suceder lo siguiente:

  • Dolores de espalda
  • Irritabilidad
  • Bajo estado de ánimo
  • Dolores de cabeza
  • Dificultad para dormir
  • Dificultades de concentración
  • Sentimiento de inseguridad
  • Llanto, ganas de llorar
  • Agresividad
  • Problemas de memoria
  • Dolores de estómago
  • Fatiga crónica
  • Palpitaciones
  • Pesadillas

Y también están las consecuencias comunitarias:

  • Pérdida de fuerza de trabajo y de población activa
  • Pérdida de competitividad del mercado
  • Aumento del gasto económico dedicado a bajas laborales e incapacidades
  • Aumento del presupuesto económico de los recursos sanitarios
  • Incremento de colas y esperas sanitarias

Por otro lado, para las empresas esto también trae sus consecuencias, ya que esto hace que disminuya la eficacia y el nivel de atención a los clientes, además de afectar sobre el producto final con los consiguientes efectos negativos sobre la imagen y credibilidad de la marca. Incluso, esto puede traer consecuencias aún más graves si el empleado hace reclamaciones o denuncias que conlleven  investigaciones, multas, o penalizaciones a los miembros de la empresa que hayan incurrido en las faltas.

Por otra pare comienzan a registrarse cada vez más bajas por problemas de salud, problemas de bienestar mental, comienzan a producirse mucha rotación y dimisión de los puestos de trabajo, ralentizando las funciones de la empresa y obligando a los recursos humanos de la misma a estar en constante búsqueda de personal, además de su correspondiente formación e integración en el entorno laboral, en vez de centrarse en otras labores.

Todo esto va creando una bola de nieve que al final arrasará con el número de clientes y por lo tanto la rentabilidad de la empresa .

Veamos más a fondo las consecuencias del acoso laboral:

Enfermedades cardiovasculares

Según un estudio de la Universidad de Copenhague, el acoso laboral o mobbing mantenido en el tiempo eleva hasta un 60 % el riesgo de padecer algún tipo de enfermedad cardiovascular. Es más, los infartos son bastante frecuentes en este tipo de casos, sobre todo si no se decide denunciar e intentar parar el acoso.

Trastornos del sueño

La preocupación constante que siente la victima de acoso laboral le lleva a episodios de insomnio, despertares frecuentes, pesadillas y otras molestias durante el sueño que les lleva a estar en constante agotamiento, así, esto también afecta a la empresa ya que se disminuye también la productividad del trabajador. Esto sin contar que, el cansancio, en conjunto con el bajo estado de ánimo, puede llevar accidentes de trabajo, por ejemplo, en aquellas empresas en las que se maneje maquinaria pesada, químicos u otras actividades delicadas para la seguridad laboral.

Trastorno de estrés postraumático

La Universidad de Florencia realizó un interesante trabajo en el 2016 que se publicó en la revista especializada Frontiers in Psychology, y que mostró que los efectos del acoso laboral a nivel mental se parecen mucho a los síntomas experimentados en el estrés postraumático:

  • En algunos casos, aun y cuando la víctima ha dejado el trabajo en el que era victima de acoso, igual tiende a reaccionar con angustia, miedo, ira y tristeza solo con pensar, u observar estímulos que le recuerden a lo vivido en el trabajo.
  • Aparecen conductas de evitación, intentando evadir todos esos escenarios, personas o estímulos que puedan recordar a las vivencias del
  • Flashbacks que rememoran la experiencia de forma recurrente.
  • Pérdidas de memoria y problemas de concentración. Por el mismo estrés y la evasión que trae el acoso, a estas personas les cuesta rememorar cosas simples, concentrarse y presentan, además, un rendimiento cognitivo más bajo.

Este cuadro sintomático suele durar meses e incluso años y se van volviendo cada vez más marcado y más grave a medida que la situación de acoso continua sin ser enfrentada.

Por eso es muy importante que al vernos envueltos en situaciones como estas (allí también la importancia de saberlas identificar), lo pongan en evidencia, haciendo la correspondiente denuncia ante del departamento de recursos humanos para que  tomen las medidas en pro de detener el problema. Por supuesto, uno de los pasos más importantes es comenzar a recibir ayuda psicológica para mitigar los efectos y secuelas de las vivencias y que se recupere el autoestima y la motivación laboral.

¿Cómo afrontar el acoso laboral?

Finalmente, llegamos al punto sobre como enfrentar este tipo de situaciones. Para ello, hemos consultado con el equipo experto en salud mental de Psicología Psi y esto es lo que nos ha recomendado:

1. Asumir que no eres culpable

Una de las estrategias que utilizan los grupos que ejercen el acoso es hacerte creer que tu eres el culpable de ello, por lo que el primer paso sería no caer en esta manipulación y no echarte la culpa, de forma que puedas colocarte en tu lugar de la víctima y hacer algo por defenderte.

Sentir miedo em estas situaciones es normal, y de hecho los acosadores lo uaan para mantener el control de la situación y que todo salga a su conveniencia, pero hay que luchar contra él y dar un paso al frente en defensa de tu integridad y salud mental.

2. Busca un propósito vital no relacionado con el trabajo

Ya que las cosas no están saliendo bien en el trabajo, una forma de mantenernos a flote es buscar darle importancia y disfruta de todos los aspectos de nuestra vida como la familia, la relación de pareja, la vida social, de forma que podamos refugiarnos en ello para preservar nuestra salud mental y nuestras ganas de vivir.

3. Enfócate en lo positivo

Es un poco difícil decir que hay que combatir el acoso con felicidad, lo que si se puede hacer es colocar el asunto bajo perspectiva y darnos cuenta que no es lo más importante de nuestras vidas y no es lo único que tenemos, sino que nos esperan cosas mejores y maravillosas fuera de nuestros sitio de trabajo.

4. Trabaja la ira

Una de las fases del acoso, cuando se lleva siendo victima por mucho tiempo, es que en algún momento se deja de sentir ira para dar paso a la vergüenza y la culpabilidad. Es importante que nunca perdamos nuestras ganas de luchar y darle un parado a la situación.

5. Denuncia y busca ayuda profesional

El acoso es un delito y estás en todo tu derecho de denunciarlo para detener la situación, que estas personas reciban una penalización por lo ocurrido y tu puedas recibir la asistencia psicológica que necesitarás para superar está mala vivencia.

Aunque los acosadores intenten manipularte para no hacerlo, debes luchar contra ello sabiendo que estas en un derecho y deber de denunciar algo que de hecho es considerado un delito. Si no sientes las fuerzas de hablarlo con un superior en tu trabajo, acude a colegas amigos, amigos personales, familiares o alguien más que te ayude a construir la fuerza para enfrentar la situación.

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