El mercado laboral español está atravesando por un periodo de escasa actividad creadora y abundante actividad destructora. El resultado se traduce en un alto porcentaje de paro y una masa crítica de ciudadanos que se desespera por encontrar un puesto de trabajo que le permita vivir cada mes y pagar las facturas. Es por esto por lo que cada día cobra más fuerza la palabra ‘emprendimiento’, referida al panorama laboral y empresarial. Una solución para remediar el paro se fundamenta sobre la iniciativa empresarial, es decir, el autoempleo, como un proyecto personal o incluso uno ajeno, como las franquicias.
Entonces se pueden distinguir dos tipos de formas de emprender. La primera consiste en utilizar un modelo de negocio que funcione, sea rentable y, además, se encuentre bajo el paraguas de una marca reconocida. El segundo se fundamenta en un proyecto que establezca un modelo de negocio diferente o bajo una marca propia que se lance al mercado sin tener la certeza de su buen funcionamiento o la acogida que tendrá.
Franquicias rentables
Esta opción es más segura en cuanto al funcionamiento que se puede esperar de un negocio. Es decir, si la franquicia ya funciona en varias ciudades de España, lo más probable es que pueda seguir extendiéndose por todo el territorio nacional y proyectar buenas expectativas económicas. Portales como Top Franquicias nos ayudan a conocer qué negocios pueden ajustarse más a nuestros recursos.
Aunque es cierto que en mundo de las franquicias existe una amplia variedad que se enfoca a varios sectores y exigen diferentes condiciones económicas. Encontrar las más rentables a medio o a largo plazo puede ser una difícil tarea. No siempre las más conocidas pueden ser las más rentables y las menos conocidas pueden resultar una buena inversión, o viceversa.
Lo fundamental es el estudio del proyecto de una forma adecuada. Su viabilidad económica, el estudio de la competencia, la posible existencia de otra franquicia igual demasiado cerca, la inversión inicial que se exige, los royaltis, los cánones o la presencia internacional que tiene la franquicia.
En cuanto a los sectores o tipos de franquicias que se pueden encontrar son muchos: alimentación, salud y belleza, comercio, nuevas tecnologías, servicios, formación, hogar, asesorías, servicios de automóvil, comercios especializados, hostelería.
También es interesante filtrar los tipos de franquicia por la inversión inicial que se precisa, no solamente por el sector en el que centran su actividad. toda esta información de interés se puede consultar en la web TopFranquicias.es.
Proyectos propios
En el caso de los proyectos propios es necesario tener más conocimientos sobre cómo crear la empresa y gestionarla. El emprendedor aprenderá de sus errores y no contará con un bagaje que le ayude, como es el caso de las franquicias. A cambio, los beneficios irán por completo hacia el emprendedor, sin tener que destinar ningún porcentaje a ningún franquiciador.
En el caso de los proyectos propios el riesgo es mayor, pero también lo es la libertad, sin tener que ajustarse a las exigencias de una tercera entidad.
En general, en ambos casos tendrá más importancia la adecuación del negocio a las exigencias de la zona en la que quieran desarrollar su actividad más que la innovación de las propuestas. Es decir, es muy difícil innovar o encontrar ideas totalmente originales y no existentes sobre modelos de negocio porque casi todo está ya pensando, sobre todo en modelos de negocio tradicionales. Los sectores tecnológicos, debido a su permanente innovación y desarrollo son los que, a priori, ofrecen mayores posibilidades para que se establezcan empresas con actividades inéditas.