La agenda de un empresario está a todas luces sobrecargada. No en vano, una persona que se encarga de dirigir una empresa no sólo debe asumir funciones como la de la gestión de los recursos, la organización de los empleados o la toma de decisiones. También tiene una función elemental en la vida de un negocio: la de viajar para visitar a clientes, a proveedores y, en definitiva, a todas aquellas personas que tengan algo que pueda ayudar a la obtención de la máxima cantidad de beneficios.
Aunque hoy en día la comunicación con otras ciudades y otros países es instantánea gracias al desarrollo de herramientas informáticas como WhatsApp o Skype, no hay nada como las relaciones humanas cara a cara. Es en este tipo de momentos cuando uno realmente hace contactos y genera buenas impresiones. Y para mantenerlas, hay que viajar.
Por regla general, los destinos que suelen manejarse en situaciones como estas son las grandes ciudades españolas e incluso europeas. En lo que al ámbito nacional se refiere, Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia y Bilbao suelen llevarse buena parte del pastel. La cantidad de entidades que conviven en su área metropolitana y su periferia hace que normalmente sean centros de negocios de primera categoría y que multitud de comerciantes (grandes y no tan grandes) las visiten para mantener el contacto con gente de su interés.
Una de esas ciudades de la que venimos hablando es especialmente idónea para los negocios. Sevilla es, desde hace bastantes años, una ciudad de negocios que crece y crece. Su posición geográfica permite a la ciudad hispalense ser la capital del sur de la Península en todo lo que guarda relación con trabajo, empresas y negocios. Cada día atrae a más gente proveniente de cualquiera de las provincias de Andalucía (que por otra parte es la comunidad autónoma más poblada de España). Además, es un destino óptimo para gente de Extremadura, Murcia, Ceuta, Melilla, las Islas Canarias o el sur de Portugal. Un lugar de encuentro perfecto.
Un lugar ideal también si tenemos en cuenta la oferta hotelera que existe en la ciudad para albergar a todo aquel empresario que la visita. Esta oferta la lidera, cada día con más argumentos y visitantes, el hotel Mercer Sevilla, situado en la calle Castelar. Se trata de un hotel de lujo en el que el Directivo tendrá la oportunidad de relajarse al mismo tiempo que atiende ese tipo de cuestiones relacionadas con su entidad y que son las que le han conducido hasta el corazón de Andalucía.
Ni que decir tiene que el pack de servicios a los que se tiene derecho en un recinto como el de Mercer Sevilla es de primera calidad. Que las habitaciones sean amplias y cuenten con una iluminación natural privilegiada es sólo el principio. Un restaurante cuyas especialidades oscilan entre la cocina tradicional y la creativa y vanguardista hará posible que, a su vez, todos los paladares se encuentren satisfechos.
Una ubicación privilegiada
Sevilla es una ciudad grande y que puede generar cierto estrés en lo que al trasporte de un lado a otro se refiere. Una persona que acuda a la ciudad por negocios necesita que el hotel en el que se hospede se encuentre cerca de todos aquellos puntos que le sean de interés. El barrio del Arenal, en el que se encuentra el Mercer Sevilla, es una ubicación idílica. En él se encuentran tres de los monumentos de la ciudad que están declarados como patrimonio de la Humanidad: la Catedral, el Palacio de los Reales Alcázares y la Torre del Oro.
Hospedarse en una zona como la descrita permitirá una llegada fácil y sencilla sea cual sea el lugar de la reunión. Desde ahí los transportes son más fluidos y, por tanto, el tiempo necesario para llegar al destino es menor, lo que hace del trayecto algo menos estresante.
Cuando hayas acabado todas tus obligaciones y si te queda algo de tiempo para disfrutar de la ciudad, estarás en el lugar adecuado para hacerlo. Cerca del Mercer Sevilla te encontrarás con buena parte de todo aquello que, como turista, desearás visitar. Es una ocasión pintiparada.