Casi parece una contradicción relacionar el medio ambiente con el plástico, sin embargo, con las nuevas bolsas biodegradables y compostables, algunas empresas muestran su interés y apuesta por la sostenibilidad y el respeto a la Naturaleza.
Debemos recordar, para empezar, las diferencias entre bolsas de plástico biodegradables y las que son compostables ya que son conceptos que suelen llevar a confusión.
Biodegradable, reciclable, compostable, degradable, reutilizable o incluso varios de estos atributos juntos, ahora bien, no significan lo mismo y, si estamos consciencia de la importancia de reciclar conviene distinguirlos.
Todos ellos informan de supuestas ventajas para el medio ambiente frente al peor de los destinos posibles, que la bolsa acabe contaminando el entorno durante cientos de años, cuando se descomponga en diminutos fragmentos, lo que no significa que haya desaparecido. Estas denominaciones lanzan un mensaje “verde” al consumidor y lavan la imagen del comercio, pero ¿qué significan realmente?
Por un lado, tenemos las bolsas de plástico biodegradable, bien estas se anuncian como bolsas de fécula de patata, de maíz, etcétera. Fabricadas con material que se descompone con la exposición al aire, al agua o a la luz solar. Las más modernas están hechas con almidones combinados con polímeros biodegradables y se descomponen en materia orgánica.
El problema es que coexisten en el mercado con otras de almidones mezclados con derivados del petróleo en las que se encuentran metales pesados como cadmio, plomo y berilio. Además, su fabricación requiere una cantidad similar o mayor de energía y recursos naturales que las convencionales.
Otro de los inconvenientes es que muchas veces acaban mezcladas con las normales en el contenedor amarillo, una verdadera pesadilla de clasificación que puede inutilizar partidas enteras de plástico reciclado.
Por otro lado, tenemos las bolsas de plástico compostable y, la principal diferencia con respecto a las biodegradables se encuentra en el tiempo que necesita para su degradación, que es mucho menor en el caso de las compostables.
Es decir, todas las compostables son biodegradables, pero no todas las biodegradables son compostables, y esta es la clave para identificar una bolsa de plástico que realmente va a suponer un efecto sostenible y otra que no. Para ello tienen que desaparecer al mismo tiempo que el resto de la materia orgánica que entra en una planta de compostaje. El problema es que ambos términos se confunden en muchos casos, y algunos de estos materiales pueden durar décadas hasta su degradación.
Entendido este concepto podemos buscar empresas que nos vendan bolsas ecológicas pero que sean únicamente biodegradables y no compostables. Si queremos responder con una actitud responsable hacia el modo en que tratamos el medio ambiente lo mejor es comprar este tipo de productos.
Plásticos Alhambra. Una Apuesta por el Medio Ambiente con sus Bolsas Compostables.
Plásticos Alhambra S.L, es una empresa familiar especializada desde 1971 en la fabricación de bolsas y film de plástico.
Desde hace años, en su fábrica de bolsas de plástico apuestan por la innovación tecnológica, y por una política de inversión anual para la adquisición de la mejor maquinaria disponible que junto con el perfeccionamiento continuo de nuestro proceso productivo, lo cual ha llevado a su empresa fabricante de bolsas de plástico a un crecimiento constante y fortalecimiento en el mercado.
Actualmente, sus productos se fabrican en las máquinas más sofisticadas del mundo y buscan la innovación constante y el respeto por el medio ambiente.
Por ello, fabrican bolsas de plástico con materia prima biodegradable compostable. Además, para asegurar que se trata de bolsas biodegradables están certificadas por Vincotte.