Una manera inteligente de desarrollar una campaña publicitaria

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Una de las claves más comúnmente aceptadas para que un negocio resulte exitoso y rentable es el desarrollo de diferentes campañas de publicidad. Este elemento, a través de los medios de comunicación y el auge que experimenta Internet en la actualidad, se ha convertido en fundamental para que todas las empresas tengan una oportunidad de desarrollo y la posibilidad de llegar a oídos y ojos de toda la sociedad.

Existen muchas maneras de desarrollar una campaña publicitaria. Sin embargo, hay algunas que son más efectivas que otras en función del contexto en el que se lleven a cabo. Saber esto es importante para que nuestra estrategia tenga toda la popularidad que nos interesa. No en vano, los ingresos futuros y el devenir de la compañía dependerán en gran medida de ello.

Hace poco más de un año decidí abrir una inmobiliaria en mi municipio natal. Tenía claro que para que mi proyecto funcionase sería imprescindible darlo a conocer a mis vecinos y desarrollar alguna táctica publicitaria para asentar la imagen de marca del negocio. Al tratarse de un lugar con una población de algo más de 10.000 habitantes y que apenas contaba con medios de comunicación locales, decidí que, más que la elaboración de cuñas de radio, anuncios televisivos o reservando espacios en periódicos, la mejor manera de llevar a cabo la estrategia sería a través del reparto de objetos útiles y muy usados en el día a día de cualquier persona.

Sin embargo, para llevar a cabo un plan como ese necesitaría contar con el apoyo de la mejor empresa que se encargara de proporcionármelos. A tal efecto comencé a indagar a través de algunos amigos y familiares, y pronto me facilitaron la dirección de esta tienda online de regalos de empresa personalizados, una entidad que ofertaba exactamente el tipo de productos que yo deseaba y que además lo hacía, según su propia página, a un módico precio.

Contacté con los profesionales de dicha empresa para obtener más información al respecto. Estaba interesado en obtener artículos como bolígrafos, mecheros, agendas o abanicos, y según lo que me dijeron, todo ello podría obtenerlo en Baradís en un plazo de tiempo razonable y con la seguridad de que la utilidad de dichos productos haría que sus futuros dueños los emplearan durante mucho tiempo, lo cual a mí me interesaba porque sobre cada uno de esos productos irían inscritos el logotipo de la empresa, su nombre y el modo de contactar con ella.

Un plan adecuado para impulsar el negocio

Desde Baradís me suministraron cientos de esos elementos y, para cuando los tuve todos en mi poder, llegó la hora de repartirlos. Era el comienzo de una campaña publicitaria con la que esperaba que los vecinos acudieran a mí con la intención de poner a la venta o en alquiler sus inmuebles o para, en caso contrario, comprarlos o alquilarlos. Creía que tenía muchas posibilidades de triunfar en un negocio así.

Y no me equivocaba. Tras repartir todos los objetos que obtuve a través de Baradís, comencé a notar cómo la inmobiliaria conseguía tener ese repunte de popularidad que con tanto mimo me había interesado en imprimirle. Ser el intermediario entre dos partes (arrendadores o vendedores y arrendatarios o compradores) me empezaba a dar beneficios nada desdeñables y me empezaba a dar una imagen de negocio serio, coherente e interesado en hacer cumplir los deseos de todos aquellos que acudían a él.

En la actualidad, el negocio goza de una salud inmejorable. En poco más de un año he conseguido que sea la mejor referencia inmobiliaria del municipio y lo cierto es que parte de ese éxito lo he conseguido gracias a la campaña de lanzamiento de objetos tan útiles como los que me había encargado de conseguir.

De cara al futuro estoy pensando en llevar a cabo nuevas campañas. Sigo creyendo que la mejor manera de impulsar el negocio a través de la publicidad es el reparto de objetos que formen parte del día a día de los vecinos durante un tiempo prolongado. Mi gran ventajas es que, para conseguirlos, ya sé a quién debo recurrir.

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