Desde hace unos dos años tengo un bar en Valladolid. Aunque comenzó como una manera casi desesperada por montar algo que me sacara del paro, al final parece que está funcionado muy bien y no puedo estar más feliz.
Si me dicen cuando iba a la Universidad que terminaría en trabajando en un bar no me lo creería, pero bueno, eso sí, como dueño, aunque lejos de trabajar menos, lo haces más. Aunque tengo que echar más horas que un reloj, estoy feliz por sacar el negocio adelante con mi socio, un conocido que me animó a dar el salto y con el que estoy codo con codo.
Nuestro bar fue un traspaso de negocio de un hombre mayor. Hablamos de un bar céntrico, de hecho, está muy cerquita de la estación de buses de Valladolid, por lo que podríamos decir que está en buena situación. El caso es que dejamos la orientación andaluza del bar, por una más castellana y que tocara también varios palos de la comida asturiana, que por aquí también goza de cierto predicamento.
Tuvimos que hacer una reforma a fondo, puesto que el anterior dueño lo tenía bastante dejadillo, algo por una parte lógico al estar en sus últimos años en el negocio. Cambiamos por tanto el local de arriba abajo. En el tema del suministro de hostelería confiamos en Exportcave, una empresa cercana de Cuellar (Segovia) que tiene una magnífica relación calidad precio y con la que trabajamos muy a gusto. Ellos tienen multitud de productos, vinotecas originales, dispensadores de vino, vasos, copas de vino, cubiteras de hielo, sacacorchos de pared, tapones para vino y cava, etc.
Algo que nos encantó fue la posibilidad de que todos los productos puedan personalizarse, además te dan varias opciones como serigrafía, laser, chorro de arena, etc. Esto lo grabas con tu nombre o logo y da una magnífica imagen. Aunque pueda parecer mentira, este tipo de detalles como personalizar los productos le dan cierto empaque y valen para ir haciendo marca. Nosotros siempre le ponemos unas letras moradas, a conjunto con nuestro bar, donde el morado es el color que manda unido al blanco.
El deporte o el cine, buenos para hacer clientes
Solemos volcarnos los días de partido en hacer algo especial, tanto con la afición del Valladolid como la del equipo rival y lo mismo con otros deportes de la ciudad, donde podríamos destacar el rugby o balonmano como deportes que nos traen gente muy maja a la que da gusto atender.
Siempre había visto que quizás en la ciudad faltaba un bar que atrajese realmente a los amantes del deporte y creo que esto lo hemos conseguido. Sin lugar a dudas no es fácil, puesto que el prestigio y la fama no se ganan en dos días, pero hemos intentado hacer todo tipo de actos y ponernos a disposición con promociones y demás.
No solo de deporte vive el hombre y también hemos realizado actos de diversos tipos cuando la Seminci (Semana Internacional de Cine de Valladolid). Nos encanta el cine y es una forma de colaborar con el certamen, además de haber conocido a actores la mar de majos con los que echarse una buena charla.
El único lujo que nos pegamos como jefes es que cada vez que hay partido en cuanto falta media hora para comenzar, me quito el traje de faena y voy a ver el partido. En esos momentos los clientes bajan y así aprovecho para ver el partido.
Por lo demás, seguimos en la lucha y tratamos de que nuestro bar siga esta línea ascedente tan buena que nos está proporcionando tantos beneficios en la actualidad. Realmente para mí esto ha sido como decía al principio una salida inesperada, pero me gano la vida y le he ido cogiendo el gustillo a este mundo.
En España lo bueno es que el mundo de la restauración si lo sabes llevar bien funciona a las mil maravillas, eso sí, debes ser consciente de que aquí se trabaja y mucho, quien piense que aquí no se hace demasiado si uno es jefe se equivoca, trabajas lo mismo o más que los empleados y siempre cierras.
A pesar de todo, compensad y mucho, lo mismo que las palabras de agradecimiento de muchos clientes. Así que ya sabes, aquí hay trabajo, solo debes estar dispuesto a arriesgar.