Si una empresa fuera algo estanco, en lo que nada ni nadie se mueve, está claro que tendría muchas más complicaciones para avanzar, para crecer y para desarrollarse. Por eso, siempre se debe procurar no ser inmovilista y apostar por todo lo que tenga que ver con el progreso. Cierto es que a veces no resulta nada sencillo, pero está claro que se trata de una de las grandes necesidades de las empresas de hoy en día, que no olvidemos que compiten en un mercado cambiante y más competitivo que en ningún otro momento de la Historia.
A veces, los cambios estructurales en la empresa vienen acompañados de la necesidad de acometer otra serie de cambios. Si una entidad crece en facturación, es probable que más pronto que tarde empiece a hacerlo en lo que tiene que ver con el volumen de personas que en ella trabajan. Y también puede darse otra situación: que, si cada vez hay más gente trabajando desde casa, el espacio que necesitemos sea menor que el que podemos haber usado en otro momento. Eso conlleva que tengamos que realizar una mudanza que, en muchas ocasiones, no es fácil de acometer.
Según una noticia que vio la luz en la página web de la agencia de noticias Europa Press, en el año 2021 fueron 5.000 las empresas que se cambiaron de una comunidad a otra. Son muchísimas, pero la cantidad sería mucho mayor si tuviéramos en cuenta que hay otra gran cantidad de empresas, sobre todo las que se sitúan en Madrid o Barcelona, que cambian su sede pero que no salen ni de su propia ciudad. Ni que decir tiene que esas son bastante más que las 5.000 que hemos mencionado. Y es que el cambio de sede social es una acción cada año más repetida.
Si una mudanza personal, la que implica un cambio de casa, genera multitud de problemas, imaginaos lo que tiene que suponer la mudanza de una empresa. Sin duda, estamos hablando de uno de los momentos de más agobio y estrés para los responsables de la entidad, que son conscientes de que, mientras se produce la mudanza, su productividad y los ingresos que reciben por sus ventas pueden sufrir un parón. Es conveniente completar la mudanza en el menor tiempo posible, pero también es clave realizarla sin los errores propios de las prisas. Esta es la principal demanda de los emprendedores españoles que deciden trasladar su sede social, según nos cuentan desde Mudanzas Alicante.
La organización de la mudanza, imprescindible
Hay que tener en cuenta muchas de las cuestiones que van asociadas a una mudanza en lo que respecta a una oficina. ¿Se puede organizar una mudanza por fases para prolongar todo lo posible el traslado de los equipos de trabajo? ¿Tenemos la capacidad de hacer que la gente teletrabaje mientras realizamos el cambio, manteniendo con ello la productividad de la empresa durante esos días de cambios continuos? ¿Está a mucha distancia la nueva sede social de la antigua? De las respuestas a estos interrogantes se va a derivar la mecánica que debemos seguir a la hora de acometer un cambio como del que estamos hablando.
Sin organización, está claro que vamos a sufrir mucho más a la hora de completar el cambio. Si no hay una previsión, es posible que la mudanza no solo dure más, sino que, además, tengamos a muchos empleados parados durante algunas horas e incluso días. Eso es lo que no nos podemos permitir y lo que tenemos que combatir a toda costa cuando estamos en una situación como la que venimos describiendo.
Las empresas españolas han aprendido a manejarse en situaciones como las que implican las mudanzas. Hace décadas, acometer una mudanza era uno de los máximos peligros a los que se podía enfrentar una empresa puesto que no había una previsión clara y todo era mucho más anárquico. No cabe la menor duda de que la mejora de la planificación ha tenido una influencia muy grande a la hora de hacer posible que encontremos una mayor eficacia en todo lo que tiene que ver con la ejecución de este tipo de proyectos. Y esto es lo que ha hecho posible que cada día más empresas vean con buenos ojos un cambio como el que supone una mudanza.
Hablamos de uno de los aspectos que va a definir el futuro de una empresa. Una mudanza siempre se acomete con el objetivo de conquistar una mejora a medio o largo plazo, así que es rara la empresa que no apuesta por ella antes o después. Ni que decir tiene que las entidades deben apostar por ello siempre que lo vean necesario. Pero será necesario que organicen bien un asunto como este antes de que eso paralice todo su trabajo.