Botas de fútbol de lujo para mi negocio

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El fútbol ha sido durante el siglo XX y sigue siendo en la actualidad el deporte preferido de los españoles. Lo demuestran las cifras de audiencia, la asistencia a los estadios y la cantidad de gente que lo practica. Para cualquiera de esos casos, la cifra de personas es increíble. Y es que el fútbol levanta pasiones como ningún otro deporte.

Durante los últimos años, se ha puesto de moda otro deporte que, a nivel de práctica, quiere competir con el fútbol. Se trata del fútbol sala, una modalidad que cada vez atrae a más gente y que es si cabe más dura físicamente que el fútbol puesto que todos los jugadores atacan y defienden. Jueguen a fútbol o a fútbol sala, los practicantes necesitan un calzado adecuado, fundamental para la práctica de deportes de una talla así.

Llevo buena parte de mi vida regentando una tienda dedicada a la venta de ropa y calzado deportivo. Aunque en un principio me costó hacer de mi negocio algo rentable, he de decir que tuve suerte y que el aumento de la práctica deportiva de los españoles en el siglo XXI me ha reportado unos beneficios que me han permitido perpetuar mi actividad. La gente, hoy más que nunca, necesita prendas y zapatillas deportivas y yo me encargo de proporcionarles los productos de mejor calidad para que puedan disfrutar con la mayor comodidad y seguridad de su deporte favorito.

Hace algún tiempo, tuve problemas con algunos clientes a causa del calzado deportivo. Dichas personas (clientes habituales) acudieron al establecimiento a poner una queja en el libro de reclamaciones debido a la escasa calidad de unas zapatillas de fútbol que se habían roto en su primer uso. Yo, que no me podía creer lo que me contaban, me asusté bastante porque esas zapatillas procedían de mi mejor proveedor de calzado, lo que significaba que gran cantidad de mis zapatillas podrían ser de baja calidad sin que yo lo supiera.

Decidí esperar, pero al cabo de una semana me encontré con el mismo caso en otro cliente. Aquello no podía ser casualidad. La imagen de mi negocio, la misma que había estado construyendo durante años, podía verse afectada por estos acontecimientos y eso no lo podía permitir. Por eso comencé a pensar en la posibilidad de cambiar de proveedor, una jugada que me iba a ser harto rentable.

Harto rentable porque conocí Marians Sport, una entidad que se encargaba de proporcionar un calzado deportivo de calidad y con el que todos aquellos practicantes de fútbol y fútbol sala iban a sentirse realmente cómodos. La verdad es que sus zapatillas no tenían nada que ver con las que ofrecíamos con anterioridad y el precio al que estaban a la venta era más que asequible atendiendo a nuestro presupuesto.

Cambio de productos, cambio de imagen

Aquel cambio sería determinante en cuanto a las pretensiones de nuestra tienda. Ofrecer calidad es sinónimo de recibir elogios y generar una buena imagen del negocio y eso se notó una barbaridad en nuestro caso. Pronto comenzamos a notar un aumento en el número de clientes y también en el de ingresos, situación que nos ha permitido encarar el futuro de una manera mucho más optimista.

Hemos pasado de recibir quejas en el libro de reclamaciones a ser una auténtica referencia en nuestro sector. Los comentarios que desprenden nuestros productos entre los clientes son siempre positivos y nadie pone en duda nuestro afán por ayudar a la gente a que practique el fútbol, pasión de miles y miles de españoles. Y ese es el secreto de nuestro éxito.

Tenemos que seguir apostando por Marians Sport. Es algo que en la tienda sabemos y por lo que estamos firmemente decididos. Nuestro futuro pasa por ofrecer calidad a quienes nos pagan y lucharemos por ello hasta las últimas consecuencias. De este modo, no me queda ninguna duda de que la tienda seguirá estando a la cabeza en lo que a ventas relacionadas con el fútbol se refiere.

 

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