A pesar de la gran presencia en la vida cotidiana de internet, las redes sociales y, en definitiva, de la comunicación digital, no es desdeñable en modo alguno la capacidad de alcance y sugestión que poseen formatos físicos y analógicos como el correo postal, el buzoneo, el márquetin directo, las promociones cara a cara y demás recursos comerciales tradicionales.
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