Un buen mayorista siempre ha de tener un contacto cercano con todos sus clientes, así como con los lugares de compra de los productos y es que de ello depende que su negocio siga hacia adelante en un mundo cada vez más complejo, más competitivo y con más empresas que rivalizan por quedarse con la porción de ventas que tengamos. Por todo ello, un mayorista ha de trabajar codo con codo con sus clientes para poder conocer de primera mano cual es la calidad del producto que sirve, así como saber si estos están contentos con él o, por el contrario, como mayorista ha de hacer algún tipo de cambio a la hora de comprar para que los clientes vuelvan a recuperar la confianza en él y no lo dejen de lado.
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