La sal, uno de los elementos más comunes y con más utilidades en el día a día

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La sal es uno de los elementos que se usan de forma más común cada día por todos los habitantes del planeta Tierra y es que de una u otra forma, siempre la tenemos presente en nuestras vidas, ya sea a la hora de la comida para poner a nuestro gusto los platos que se preparan o para tratar los diferentes pescados que vienen desde alta mar y que, al llegar a la lonja, ya traen un proceso amplio de desalación o salazón, en función de las necesidades de cada caso concreto, pero este proceso, no solo sirve para ir adelantando trabajo, sino que también juega un papel de gran importancia a la hora de conservar los alimentos. Asimismo, también tenemos otras muchas aplicaciones industriales, las cuales os iremos descubriendo a lo largo de este post.

La sal común a la que conocemos más comúnmente como sal es un tipo de sal que técnicamente se llama cloruro sódico, aunque también la podemos encontrar como cloruro de sodio y cuya fórmula química es NaCl. De sal común podemos encontrar hasta tres variedades diferenciadas en función de su procedencia. Por un lado, tenemos la sal marina y la de manantial, las cuales se obtienen a partir de evaporación, por otro, la sal gema. Esta procede de explotaciones mineras en las que se extrae una roca mineral a la que conocemos como halita. Por último, tenemos la sal vegetal, que se obtiene por concentración cuando nos disponemos a hervir una planta gramínea que podemos encontrar fácilmente en el desierto de Kalahari.

Entre los usos más habituales que le damos a la sal común, los que más se repiten cada día son los destinados a:

  • Alimentación Humana. La sal tiene un papel muy importante en la alimentación humana tal y como os hemos indicado al inicio del post y también se usa de forma muy generalizada para la conservación de alimentos, hecho que también tiene una gran influencia, sobretodo en lugares a los que los distintos alimentos tardan en llegar, tal y como ocurre por ejemplo en la zona centro de España con el pescado o en pequeñas islas con la carne.
  • Industria Química. En este caso, la sal hace posible la fabricación de vidrio, jabón, plástico, papel, pinturas, hule sintético, cosméticos, medicamentos y pilas eléctricas, sosa cáustica, tratamiento de aguas, petroquímica… y un gran sinfín de productos. Es por tanto que su dependencia a este producto es muy elevada y de ahí que se necesite una gran cantidad de sal cada día para que la industria pueda seguir funcionando y fabricando correctamente.
  • Salmuera (disolución de sal común en agua). Su uso es muy común en gran cantidad de instalaciones frigoríficas con el fin de poder transportar el frío desde el líquido hasta las cámaras de refrigeración. Que este proceso sea posible y viable se debe a la baja temperatura de congelación de la salmuera, lo cual le permite transmitir el frío sin cristalizarse y, por tanto, logrando unas condiciones óptimas para las instalaciones que hemos mencionado, las frigoríficas.
  • Conservación Peletera. Después de haber pesado las pieles, se efectúa una salazón con el objetivo claro de permitir conservarlas durante el tiempo que dure su transporte y almacenamiento hasta que le llegue la hora de pasar a la curtición.
  • Conservación invernal. En nuestras carreteras también es muy común que cada invierno encontremos sal ya que el esparcimiento de este elemento por el pavimento de la vía previene que se congele y, además, en caso de que nieve, hace que esta se derrita de una forma mucho más rápida.

Sea cual sea la aplicación que le queramos dar a la sal, lo cierto es que lo mejor es comprarla de primera calidad y para que esto sea así, debemos de recurrir a Humanes Guillén EuroSal, una compañía que nos proveerá de la sal y salmuera de mejor calidad para cualquiera de los usos que le demos y siempre al precio más competitivo.

La aplicación de sal en las carreteras, fuente de controversias

Aunque por todos es conocido que cada año nuestras carreteras se llenan de sal en invierno para evitar la congelación y que se llenen de nieve, sobretodo en los lugares más elevados y sombríos, lo cierto es que esta práctica tan común, también esconde algunas sombras ya que un uso excesivo de ella puede llegar a contaminar el medio ambiente e incluso incrementar el riesgo de que se produzcan accidentes ya que se crea una capa sobre el firme que puede poner en duda la capacidad de agarre de ciertos modelos de neumáticos.

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