De unos años a esta parte la construcción de viviendas se está viendo en la tesitura de tener que abaratar costes como sea. Desde que explotó la burbuja inmobiliaria los precios han ido de capa caída y las viviendas de segunda mano se venden bastante mejor que las de obra nueva debido a sus precios. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, la demanda de pisos de segunda mano ha sido tan grande que han empezado a subir los precios y esto puede dar un respiro a la vivienda de obra nueva.
Si a esto le añadimos que hay un gran porcentaje de población que prefiere meterse en una reforma antes que cambiar de casa los números, para las constructoras pequeñas, no salen.
Si antes un piso se vendía por 180.000 euros, ahora es posible que lo encuentres por 120.000 o incluso menos. Todo depende de la prisa que haya por vender. Y si es de segunda mano, el precio puede ser tan alto o tan bajo como las expectativas y la necesidad del vendedor. Por eso ha llegado un punto en el que, para poder competir y volver a conseguir que el comprador pose sus ojos en nuevas construcciones, es necesario abaratar costes y bajar el precio final de la vivienda. Ahora bien, ¿abaratar costes significa necesariamente bajar calidad? Pues no siempre, y vamos a ver por qué.
Los acabados suelen encarecer mucho una vivienda dependiendo de la calidad que elijas para los mismos, pero dentro de una gama de acabados de calidad media-alta, que suelen estar muy bien, el precio también puede variar muchísimo dependiendo de la decoración de los mismos y el diseño que tengan. Cuanto más adorno, más caro, así de sencillo. De este modo, una banda decorativa de escayola para el techo puede costar 5 euros el metro o 25 y la calidad ser la misma, pero no el dibujo que forma claro está.
Pero los acabados, al fin y al cabo, son sólo acabados. Hay compradores que incluso se apresuran a comprar sobre plano para poder elegir los acabados de la vivienda, encareciendo o no el coste según presupuesto y necesidades, así que el tema es un poco efímero en el tiempo y en ocasiones no depende tanto de la constructora como del cliente. Ahora bien, hay otras partidas presupuestarias donde la constructora sí puede abaratar costes sin perder, necesariamente, calidad, y uno de los productos que más fuerte está pegando en este sentido son los prefabricados de hormigón.
Materiales prefabricados
Cuando una constructora levanta un edificio de viviendas desde cero y es el albañil quien crea, metro a metro, cada centímetro del hogar, es muy posible que el coste sea elevado si los materiales son de buena calidad porque el trabajo que realiza el obrero es, necesariamente, muy costoso. Pero hay una manera de ahorrar un poco en esta partida: la empresa Eiros.es fabrica prefabricados de hormigón y los transporta hasta el punto donde se los necesita, de modo que una vez en el lugar de destino lo único que hace falta es la instalación. El coste,de este modo, se abarata mucho pero no se pierde calidad en los materiales porque hablamos del mismo hormigón que se habría utilizado in situ. Además, hablamos de una construcción eficiente que ahorra tiempo, dinero y evita molestos ruidos y olores al vecindario colindante por lo que la mayoría de las consecuencias de usar este material son ventajas.
Todo esto hay que tenerlo verdaderamente en cuenta porque si quieres calidad no puedes abaratar en la instalación eléctrica o en la fontanería ni en los materiales de construcción así que debes poner el ojo en acabados y materiales prefabricados que lleguen hasta ti terminados con un coste inferior.